jueves, 23 de noviembre de 2006

LA BRIZNA DE PAJA, LA BRASA Y LA JUDIA VERDE VAN DE VIAJE | Cuenta Cuentos

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Eranse una brizna de paja, una brasa y una judía verde que se unieron y quisieron
hacer juntas un gran viaje. Habían recorrido de ya muchas tierras cuando llegaron a
un arroyo que no tenía puente y no podían cruzarlo. Al fin, la brizna de paja encontró
la solución: se tendería sobre el arroyo entre las dos orillas y las otras pasarían por encima
de ella, primero la brasa y luego la judía verde. La brasa empezó a cruzar
despacio y a sus anchas; la judía verde la siguió a pasitos cortos. Pero cuando la brasa
llegó a la mitad de la brizna de paja, ésta empezó a arder y se quemó. La brasa cayó al
agua, hizo pssshhh... y se murió. A la brizna de paja, partida en dos trozos, se la llevó
la corriente. La judía verde, que iba algo más atrás, se escurrió también y cayó,
aunque pudo valerse un poco nadando. Al final, sin embargo, tuvo que tragar tanta
agua que reventó y, en aquel estado, fue arrastrada hasta la orilla. Por suerte había allí
sentado un sastre, que descansaba de su peregrinaje. Como tenía a mano aguja e hilo,
la cosió y la dejó de nuevo entera. Desde entonces todas las judías verdes tienen una
hebra.
Según otro relato, la primera que pasó sobre la brizna de paja fue la judía verde,
que llegó sin dificultad al otro lado y observó cómo la brasa se iba acercando a ella
desde la orilla puesta. En mitad del agua quema la brizna de paja, se cayó e hizo
¡psssssssssssshhhh…Al verlo, la judía verde se rió tanto que reventó. El sastre de la
orilla la cosió y la dejó de nuevo entera, pero en ese momento solo tenía hilo negro y
por eso todas las judías verdes tienen una hebra negra.

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