Érase que se era un ratón friolero que llegado el invierno le temblaba hasta el pelo Totalmente vestido se metía en la cama y aunque el sol saliese él no se levantaba. -¡Es horrible el invierno! -repetía sin cesar. -¡Quiero que llegue el verano para poderme bañar! Mas un día de mañana, el día de Navidad escuchó unos cantos y oyó a mucha gente hablar ¡Qué maravilloso espectáculo el ratón pudo observar. ¡La sala estaba decorada preparada para la Navidad!
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